Panorámica de Almería

Panorámica de Almería
(c) Greengee di Van de Moor

Mi álbum de naturaleza. Recomiendo pantalla completa


viernes, 4 de marzo de 2011

Mi verdadera despedida

Me escudo en mi cadúceo caparazón, creyendo en la mentira de su perenneidad. Pero no es perenne sino efímero y frágil.
Me levanto cada tarde forzándome a pensar en qué puedo ocupar mi tiempo hoy para no pensar. Hasta que muere el día y vuelvo al nada gratificante reposo mediante el sueño sin sueño, porque tampoco hay nada que soñar.
La verdad duele, pero también satisface, tengo que aferrarme a ello. Porque uno sabe que es la verdad, y no se trata de otra farsa, de otra mentira que sirva de escudo para prolongar una vida fácil y despreocupada.

Abro los ojos, desentumezco mi cuerpo y mi mente, pues han estado en reposo demasiado tiempo y ahora los voy a necesitar. Y que éste mensaje sirva para convenceme a mí mismo de que, no solo debo sino que tambien puedo cambiar.

. . .

Lo fácil es decirlo (¡Cuántas veces lo habré hecho ya, para mis adentros! ¡Y cuantas veces luego lo he olvidado!). Lo difícil es hacerlo. Cambiar.
Cuando lo intentas surge en tí esa fuerza, basada en la flaqueza de la autoconfianza, que te anima a abandonar y retomar de nuevo la otra vida mas fácil. La de vivir en una burbuja y sin tomar parte en la vida misma. La de escudarse en un caparazón aparentemente perenne.
El camino fácil, que como siempre, nunca es el camino correcto (¡Cuántas veces habré escuchado leido o visto esas palabras!).

Me he alejado (y mucho) de mi objetivo principal en la vida. He perdido mucho a cambio de nada. Quiero pensar que seré capaz de volver al camino difícil. Empezaré por ganar confianza en mí mismo.